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sábado, 7 de enero de 2023

Capitulo veinticuatro

 





Esa mañana me despertó un tenue rayo de sol que se colaba por las cortinas de las ventanas.
Estaba al lado de Tom y por alguna razón me dolía mucho mi cabeza, mi cuerpo un poco.

—Tom—Me senté a un lado de la cama, y lo moví un poco, despertar a Tom era un gran reto, tenía
en sueño muy pesado.
— ¿Qué pasa?—Murmuro aun dormido.
—Es que ya es tarde.
—Adela estamos de vacaciones.
—Ya lo sé, pero no puedo dormir tanto. Ahora levántate, que quiero salir un rato. Te espero abajo.—Está bien como quieras.

Lo deje ahí solo, y baje a darles de comer a Galletas y a Caramelo que estaba despierto desde muy temprano. También prepare algo para desayunar.
Tom se reunió un poco más tarde conmigo, y con los perros, platicamos de nada en especial solo
del próximo regreso a clase. Algo que él no quería pero que tendría que aceptar y acostumbrarse a
él. Además de comentar que la mayoría de nuestros
amigos ya habían regresado a la ciudad después de una excelentes vacaciones.

— ¿Quieres salir?
—Si Galletas y Caramelo necesitan estirar sus patas.
—Le  voy a avisar a Rose y Paul que no se preocupen que estoy bien y eso, te alcanzo afuera.
—Sí.

Se dirigió a la sala y yo le coloque ambas sus correas y cadenas para poder salir con ambos. Mire para todos lados y me quede pensando por un segundo en Andy, ¿ya estaría nuevamente por
aquí? Desde ese día que le había dicho que sentía cosas extrañas cuando él estaba cerca, no había
tenido el suficiente valor como para contestar sus llamadas y eso, tampoco los mensajes ni nada de
eso, los había dejado pasar, y en todo ese tiempo igual necesite de su presencia.

— ¿Lista?—Tom me saco de mis pensamientos, cuando me tomo por sorpresa y me dio un beso
en una de mis mejillas.
—Si lista.
—Adela sigo diciendo que has estado un poco rara, ¿te sientes bien?
—Si es solo que ya quiero ver nuevamente a nuestros amigos.
—Yo igual aunque a Andy no lo quiero ver, ¿Te conté que paso un fin de semana con mi familia?
—Sí, Tom me lo contaste que te gano en ese partido de tenis y eso. Si no te cae bien simplemente ya no le hables.
—Es que si me agrada, es solo que él está cambiando un poco y eso.
—Tom estás loco, ya deja de pensar en Andy.
—Tal vez si pero…
— ¿Te callas?
—Está bien.

En todo el camino no volvió a mencionar a Andy , y solo se la paso haciendo bromas para controlar las ganas de meter nuevamente a Andy en la
conversación. Sabía que el odiaba estar así porque él estaba
muy acostumbrado a decir las cosas y también a decir lo mucho que empezaba a desagradarle
Andy, aunque sabía que él estaba muy bien correspondido.
Y yo odiaba estar así, entre dos personas que quería y que se odiaban tanto. Que incluso me llegue a sentir culpable, sabiendo
que era la culpable. Más tarde Tom me acompaño a la casa de Ariana
porque mi tío iba a pasar por mí ahí.

—Entonces espero verte en la escuela más tranquila.
—No te preocupes esta última semana de vacaciones meditare muchas cosas.

Tom me abrazo y después me beso.
No quería perderlo, no estaba dispuesta a dejar que eso acabara de esa forma, no quería y no lo
permitir. Tenía que buscar una forma de solucionar todos los problemas que me había
generado eso de ser otra persona.

[~]

—Bill, Adela ya es tarde—Mi tía nos levantó muy temprano pero con eso de los cinco minutos,
ambos nos quedamos profundamente dormidos.
Y claro aparte de que me levante para escoger mi ropa y para arreglarme, al final ninguno de los
dos desayunos muy bien.

—Eso pasa por ver películas a media noche—Mi tío ocupo su lugar en el coche.—Pero llegaran a
tiempo.
—Deja de hablar y conduce—Le dijo Bill a mi tío.

Me sentía diferente, no sé si era porque ya no tenía que usar un ridículo uniforme, o porque iba
a volver a ver a Tom, o porque iba ver a Andy, o porque no sé, solo me sentía diferente extraña.
Feliz y algo confundida por mi cambio de humor.

—Hola Adela—lo primero que hice cuando vi a Ariana fue abrazarla muy fuerte y gritar ambas
como locas.
—Ya te extraña Loca—Le dije y le di un beso en la mejilla y volvimos a gritar de emoción.
—Wow, las chicas sí que tienen pulmones—Gustav se tapó los oídos. —Cállense me dejaran sordo.
—Igual te extrañamos Gustav—Lo abrace muy fuerte y el acaricio mi cabello.
—Por cierto no eh visto a el trio de idiotas, por
aquí.
—Bueno ahí viene Georg, y Andy, pero no está Tom.

Era extraño, ¿sería que se habían peleado? O ¿Por qué Tom no estaba ahí con ellos?

Los mire acercarse a nosotros.

—Hola Adela—el primero en saludarme fue Georg.
—Hola…y ¿Dónde está Tom?
— ¿Qué él no te dijo?—Por el tono que Georg uso para formular la pregunta supe que algo no
estaba bien.

— ¿Decirme que?—Miro a ver a Andy y luego a mí.
—Su familia se mudó a Berlín durante las vacaciones  y el no regresara. El señor Kaultiz empezará su carrera politica. Pensé que el te lo había dicho.
— ¿Qué?

Todos se me quedaron mirando, toda la felicidad que me invadió esa mañana al despertar se había
desvanecido con aquella noticia. El timbre que anunciaba que era hora de pasar o buscar el salón al que pertenecías, sonó anunciando que las clases comenzaban.
Camine sin decirle nada a nadie, y busque mi salón. Ahora me sentía mal. Tanto que ni siquiera me fije si conocía a alguien en mi nuevo grupo, solo me di cuenta de que
nadie de mis amigos había quedado en mi salón. Me senté a lado de un chico al que ni le preste
atención cuando trato de hacerme platica. ¿Qué me pasaba?
Me dolía que él no me hubiera informado o preparado para esto.
¿Lo volvería a ver?
Confundida, triste, solo.
Así estaba, así me sentía y era algo que odiaba sobre todas las cosas, sentir cualquier tipo de
emoción no estaba en mis planes, y ahora Tom no estaba ahí para hacer que sintiera la única
emoción que me gustaba sentir. Felicidad.

— ¿Me puedo sentar?—Mire a ver a la persona
que estaba esperando mi respuesta.
—Si…siéntate yo ya me voy—Me levante y el me
tomo de la mano.
—No me quiero sentar contigo.
—Andy quiero estar sola. —Me miro y yo a él. —Está bien no, no quiero estar sola. —Me senté en
esa banca que había encontrado tan solitaria y la
cual había decidido usar para estar sola.
—No entiendo porque Tom no te lo dijo, yo ya lo
sabía.
— ¿Y porque no me lo dijiste?
—Porque te dedicaste a ignorar todos y cada uno
de los mensajes y llamadas que te mande.
—Perdón por eso, pero me sentía confundida.
— ¿Por lo que me dijiste?
—Sí.
—No sé por qué te confunde solo admitiste que
Tom no es el único que te quita el sueño.
—Andy tu no entiendes lo que sentí esa vez que te
lo dije. Pero eres tan arrogante que crees que
ganaste y eso, pero si, la verdad es que sí.
Incluso ahora mismo te quiero besar. —Él sonrió y
después de echar una mirada rápida por todo el
lugar.
— ¿Así? ¿Me quieres besar?—Asentí y volví a reír
—Entonces quiero que lo digas más fuerte, y
prometo que te besare mejor que Tom.
—Te quiero Besar—Dije casi gritándolo.
Y entonces sentí otras presencias a mis espaldas,
Andy sonrió triunfante y mire a verlo.
—Adela…
No puede ser, la regué. El me escucho decir eso.
Maldito Andy.


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