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martes, 10 de enero de 2023

Capitulo veintisiete

 




—¿Alguna vez has pensando en cómo le ha afectado a Tom?—me senté en la mesa y dejé la copa de la malteada.

—No.

—Eso es un poco egoísta. Estoy casi segura que aunque él nunca me lo ha mencionado sabe de esta historia que me contaste. Y de seguro tiene otra versión de lo que tú me contaste.


Andy se dedicó a examinar la bola de helado de su malteada sin decir nada, ni siquiera me miraba.


—Aunque Tom prefiere no mencionarlo, estoy segura que de alguna manera la relación que tuvieron sus padres le afecta.

—¿Alguna vez has visto a la madre de Tom?


Asentí.


—Tom pronto cumplirá diecisiete años ¿sabes cuál es la edad de su madre?


Negué con la cabeza.


—Treinta y cuatro. ¿No te parece que es muy jóven? El papá de Tom tenía casi treinta años cuando él nació.

—Eso solo quiere decir que la mamá de Tom se casó muy joven con un hombre muy mayor, la madre de Tom. Andy yo dudo que tú y él sean hermanos. Y bueno ahora que lo dices la edad de la madre de Tom me hace entender tantas cosas. Ya sabes, porque ella nunca está con él, porque se la pasa con sus amigas y no con Tom.


Permanecimos en silencio, mientras tomaba mi malteada, él solo se dedicaba a examinar el helado y a ver cómo se derretía.


—¿Te parece que dejemos de hablar de Tom?


Continúo en silencio.


—¿Qué te parece si hablamos de nosotros?—preguntó—no le dije nada a Tom así que…

—Andy

—No te voy a obligar a que seas mi novia, pero al menos dame la oportunidad de salir contigo de enamorarte.

—Aún no he terminado con Tom.

—Dime ¿Crees que Tom no saldrá con nadie en Berlín?


Ahora la que permaneció en silencio fui yo, suspiré.


—Lo pensaré.

—De acuerdo.



Caminamos de regreso a mi casa, me dejó en la puerta justo cuando mi tío llegaba a casa.


—Adela.—Se bajó sonriendo del coche—me da gusto saber que te levantaste de la cama.

—Buenas noches—Saludo Andy.

—Hola, Andy.—se acercó a ambos y sonrío—¿Y de dónde vienen?

—Fuimos a tomar una malteada y Andy me trajo todas las tareas atrasadas.

—Que bueno, ¿y qué te parece Andy si te quedas a cenar?


Abrí mis ojos sorprendida y vi la expresión triunfante dibujada en su cara cuando asintió y agradeció la invitación.

A mi tío le parecía que Andy Bralw era un buen muchacho y que sería excelente que saliera con él.


Mi tía como siempre ya tenía lista la cena, la ayude a poner la mesa y durante la cena Bill me miraba interrogante mientras mi tío platicaba muy agusto con Andy. 

Mi tío es productor musical y al parecer el padre de Andy tenía un pequeño porcentaje de acciones.

Disimulé muy bien mi incomodidad hasta que mi tío se ofreció llevar a Andy hasta a casa.


Me despedí de él con mucha formalidad, le di las gracias por las tareas y entonces subí a mi habitación, unos minutos más tarde Bill se reunió conmigo en mi habitación.



—¿Qué fue todo eso?

—No sé, Andy se ofreció a acompañarme hasta la casa y cuándo llegamos tu papá lo invitó a comer y él aceptó solo para hacerme enojar.

—Yo creo que lo hace porque de verdad quiere algo contigo. Y creo que tú también quieres algo con él.

—Por supuesto que no.

—Adela, no nos hagamos tontos. 

—Bill, ¿Que voy a hacer con Tom? Lo quiero pero también siento cosas por Andy. No puedo decir que también lo quiero pero hay algo que…

—Prácticamente Tom te dejó.


Lo miré molesta y él sonrió.


—¿Crees que el tiene a otra en Berlín? Quizá por eso me pidió un tiempo.

—Es probable, yo digo que deberías responder los mensajes de Tom y hablar con él.

 

Asentí y después de hacer algunas tareas juntas, él me dejó sola en mi habitación. Le mandé un mensaje a Tom y en menos de quince minutos estábamos hablando por video chat.


—Pensé que ya no querías verme.

—Yo también he estado pensando lo mismo.

—Adela, perdón, perdón no decirte que nos íbamos a mudar. Perdón por haberme mudado sin haberte avisado.


Se veía bastante desanimado y yo trataba no aparentar lo mucho que me dolía que me hubiera ocultado todo eso.


—Tom, ¿Estás saliendo con alguien en Berlín? ¿O porque me pediste que te diera un tiempo? No he dejado de pensar en eso, porque cuando llegué al pueblo te empeñaste en hacer que yo fuera tu novia y ahora me siento muy confundida.

—No, no salgo con nadie de aquí. Pero es que creo que al fin comprendí que no puedo retenerte y tampoco te puedo decir que mantengas una relación conmigo estando lejos.

—¿Crees que no funcionara?

—Se que los dos haríamos que funcione, pero no sé si es lo que tú quieres. Dime qué quieres.

—No lo sé.

 —Te quiero y quiero que sepas que yo voy a estar para ti.


Asentí y me despedí de él.

Me acosté a dormir, pero el sueño no fue reparador. Por algún motivo me sentía culpable y sin ganas de nada.


El lunes mis emociones no cambiaron mucho, pero cuando llegué a la escuela me senté en la única silla que quedaba vacía al final de la última fila de pupitres. 


Las clases transcurrieron sin nada nuevo, seguía siendo la número uno en las materias y Andy el número dos. Aunque había cambiado algo y era que Andy ya no hacía nada por compartir conmigo, era como si lo aceptara.


—Has estado muy callada.—Andy se sentó enfrente de mí—¿Dónde están tus amigos?

—Creo que aún no les toca la hora de la comida.

—Tom me dijo que ayer hablo contigo.

—Le diré a Tom que deje de contarte lo que hablo con él.

—¿Regresaron?


Negué con la cabeza y él sonrió.


—Quisiera animarte pero la verdad es que a mí me conviene.

domingo, 8 de enero de 2023

Capituló veintiséis.

 





—Adela.—La voz de mi tía Simone me sacó de mis pensamientos.

—¿Qué pasa?

—Andy Bralw está al teléfono.

—Dile que estoy dormida. No tengo ánimos para responder llamadas.


Mi tía asintió desanimada y yo traté de comer los hotcakes que mi tía me había preparado para desayunar.


—Si quieres puedo llamar a la escuela y decir que estás enferma.

—¿De verdad haría eso por mi?

—Si, no me gusta verte en ese estado. Será mejor que te quedes en casa hasta que estés lista para hablar de lo que te ocurre.

—Gracias tía.


Sonreí sin muchos ánimos y regresé a la cama. Y así pasó una semana, mi tía le dijo a mi tío que estaba enferma y que tenía permiso de faltar en la escuela, de todos modos mis calificaciones siempre son las mejores y no tendría ningún problema para recuperar las clases y tareas de la primera semana de clase.

Además que el director de la escuela le había informado a mi tía que uno de mis compañeros me traería las tareas el viernes después de clase.


Mi celular había estado sonando y el buzón estaba lleno, también la bandeja de entrada. Yo sabía que era Tom y ese era el motivo por el cuál no respondía a sus mensajes.

Todavía no estaba lista para volver a hablar con él.



—Adela.—escuché los pasos de Bill en el pasillo, me levanté de la cama y abrí la puerta justo cuando él estaba enfrente.

—¿Qué pasa?

—Andy está en la sala, no sé pero según entendí el asesor de tu clase lo nombró tu compañero de clase.—Puse los ojos en blanco.

—Lo que me faltaba.—Bill sonrió burlándose de mi.—¿Puedes decirle que suba a mi habitación? No quiero salir de mi guarida.


Bill asintió y yo me metí a la cama. Otra vez.


—Pasa.—Dije en voz alta cuando Andy dió un par de pequeños golpecitos a la puerta.


La puerta se abrió y yo me incorpore en la cama.


—Supongo que Bill ya te dijo que soy tu compañero en clase.—Asentí, sin darle mucha importancia.

—Siéntate en dónde quieras.—le dije y él se sentó en el borde de la cama.

—¿Estás bien?


Volví a asentir sin darle importancia.


—¿Por qué no has ido a la escuela?

—Porque no quiero.

—Uy, que agresiva ¿Es porque el idiota de Tom se fue?

—No.

—Ayer hablé con él.

—¿Me vas a contar?—lo mire con los ojos entrecerrados—¿O solo me lo dices para hacerme enojar?

—Me contó que no le respondes las llamadas. 

—¿Y te mando a decirme que le responda los mensajes?

—No, pero me gustaría que me contarás cuál es el motivo.


Permanecí en silencio y lo observé mientras él sacaba los libros y cuadernos de su mochila.


—¿Me contarás que paso entre tu y Tom? ¿Porque son amigos? Lo odias ¿No? 

—No.

—Bueno entonces cuéntame ¿Que paso entre tu padre y el padre de Tom?

—¿Ya escuchaste ese tonto rumor que todo mundo cuenta en el pueblo?—Se rió con ganas—¿Dime que es lo que te han contado? ¿Te dijeron que mi padre mató a mi mamá y que el papá de Tom era el amante de mi mamá?


Era increíble que mientras me decía todo eso, se reía lo que me llevó a creer que esos chismes no eran verdad.


—Mi papá y el papá de Tom son socios, lo son desde antes que yo naciera. Pero si hay algo de verdad en esos chismes de pueblo.

—¿Y cuál es?

—¿Por qué lo quieres saber?


Frunció el ceño y me miró con mucha desconfianza, yo me encogí de hombros sin darle mucha importancia.


—Creo que me gustaría saber porqué están tan perturbado, y quiero entenderte un poco más.

—¿Y crees que si te cuento lo que me impulsa a destruir la vida a Tom podrás entenderme?

—Wow, eres muy melodramático. ¿Destruir la vida de Tom?


Se puso de pie y comenzó a caminar por toda mi habitación pensando si contarme no.


—Tom me pidió un tiempo.—se detuvo y arqueo una ceja con desconfianza.

—¿Tom te pidió un tiempo? ¿Por qué? Lo obvio sería que tú se lo pidieras a él.

—Supongo que porque ahora vive en Berlín.

—¿Y si conoció a alguien ahí?—No había pensado en esa posibilidad. Pero ahora que Andy lo había planteado sería difícil de olvidar.

—No lo había pensado—. Lo mire—pero creo que puede ser una posibilidad.


Por mi cabeza pasó la idea de decirle que yo le había dicho a Tom que tenía sentimientos por él, y que Tom ya lo sabía, pero estaba muy segura que él lo iba a  malinterpretar.

Se acercó a la ventana y suspiró



—Yo se que Tom y yo no tenemos nada que ver en el pasado de nuestros padres.—volvió a suspirar— pero parece que a él le va mejor en todo, incluso aunque su padre sea un completo imbécil.


Miro a verme y me sorprendió ver qué en sus ojos no había odio. 

No pude captarlo al instante, pero lo que veía en sus ojos era dolor, dolor reprimido.


—Es verdad—dijo y volvió la mirada a la ventana, se dedicó a mirar al exterior antes de continuar—mi mamá y el papá de Tom fueron amantes.


Suspiró y continuó.


—Eso ocurrió hace siete años, quizá antes yo no sé qué tiempo estuvieron entendiéndose antes de que mi padre se enterara.


Cerró los ojos y cuando los abrió fue como si volviera a ser un niño de diez años.


—Cuando mi papá descubrió lo que pasaba entre  ellos, enfrentó al padre de Tom y también a mi madre. Y recuerdo que la noche que enfrentó a mi mamá hubo golpes, gritos, sangre los sirvientes de mi casa hicieron lo posible para que yo no le enterará pero fue imposible.


Lo miré interrogante.


—No, Adela, no.—Otra vez se rió en medio del dolor de su historia,—mi padre no mató a mi mamá. Pero mi mamá se enamoró del padre de Tom y cuando mi papá la corrió de la casa, ella fue a buscar a Kaultiz y él le rompió el corazón diciéndole que solo ella solo era una aventura. Y mi madre nunca pudo superar eso.


Me levanté de la cama y caminé hasta donde estaba él, con paso lento para no asustarlo con la brusquedad de mis pasos. El permaneció en silencio hasta que estuve a su lado.


—Andy—murmuró—perdón no debí de preguntar por eso. Yo no sabía que…

—¿Era doloroso?—asentí y el negro con la cabeza—mi madre vive en Stugart, mi papá la mando a vivir allí cuando decidió que no era un buen ejemplo ni adecuada para educarme, se la pasa tomando medicamentos para poder soportar el día a día. Mi papá dejó de amarla y el padre de Tom nunca sintió nada por ella.  Y mi padre me tiene prohibido ver a mi mamá, solo la veo cuándo mi padre me lo permite.


—Andy lo siento mucho.


Tenía muchas ganas de abrazarlo pero no lo hice porque por algún motivo sentía que no era el momento adecuado, además que esa cercanía quizá más tarde me provocará incomodidad.


—Tom se la pasa caminando por ahí, con su vida perfecta después de que su padre destruyera mi familia. Lo peor es que mi papá y el de él siguen asociados. ¿Eso no te parece enfermo?


Asentí solo porque creí que era lo adecuado.


—Andy la vida de Tom no es perfecta, bueno no creo que sea perfecta. El también tiene una madre ausente y un padre ausente.

—Eso no me consuela.

—Yo se que no, pero ni tú ni él tienen que tomar parte en algo que no les corresponde.


Era el momento.


Me acerque con calma a él y lo abrace, el rodeo mi cuerpo con sus brazos y estuvimos así por un par de minutos.


—También hay un rumor que yo nunca he podido comprobar.—continuo y me apretó un poco más—Ya casi nadie habla de él papá de Tom se encargó de callar con violencia a la gente que se atrevía a decirlo—suspire sin saber qué esperar—Hay quienes dicen la relación de mi mamá y de Tom empezó desde antes que yo naciera y que yo y Tom somos hermanos.

—¿Qué?—me separé de él sorprendida por el giro que había dado la historia.


Me miró y continúo.


—Y hay otra versión que contaban en el pueblo que dice que hace siete años mi mamá y el papá de Tom tuvieron un hijo. Y esa es la versión que me gustaría probar. Cuándo mi mamá regresó a mi casa después de ser rechazada por Kaulitz, se fue y yo no supe nada de ella por aproximadamente un año.

—¿Y porque la primera versión no la quieres comprobar?

—Me parezco mucho a mi papá y hubo un tiempo en que mi familia fue feliz.


Nos separamos por completo y yo regresé a sentarme a la cama, él permaneció mirando el exterior sin decir nada más.





sábado, 7 de enero de 2023

Capitulo Veinticinco






 —¿Quieres besar a Andy?

Me puse de pie y Andy también. Me gire y la luz del sol me cegó un poco, pero lo sabía Tom me miraba enojado.

—¿Adela?

Tenía muchas cosas que decirle, y que reclamarle pero sabía que no podía reclamar nada, no después de mi más reciente declaración.

—Tom, pensé que estabas en Berlín.

—Lo estaba, pero ¿Ese es el motivo por el cual quieres besar a este?—Señaló a Andy con la cabeza y él maldito sonrió de oreja a oreja.

No respondí, y él no dijo nada, ningunos de los tres dijo nada pero aún sin mirarlo sabía que en el rostro de Andy había una sonrisa dibujada.

—Creo que tienen mucho de que hablar—Andy se plantó enfrente de mi y me sonrió—Nos vemos después Adela.

Se acercó a mí y besó mi mejilla sin importarle que Tom estuviera ahí. Tom no hizo nada, se limitó a mirar la escena.

—Hasta luego Tom.

Pasaron un par de minutos, antes de que Tom hablara.

—¿Y bien?

Me senté en la banca y suspiré. Me sobe las sienes con los dedos y mire a ver a Tom.

—Te amo—le dije, mirándolo a los ojos—Pero estos últimos meses también he tenido sentimientos por Andy.

—¿Estás dudando de nosotros?

Tom se sentó a mi lado y nuestras manos se encontraron la una con la otra. Me dolía aceptarlo pero si estaba dudando, él se había ido a Berlín sin decirme nada.

—Creo que este es un mal momento para decirte que mi familia y yo nos trasladamos de manera oficial a Berlín.

No dije nada, pero supongo que de alguna manera mi silenció confirmaba eso de que no era un buen momento.

—¿Por qué no me lo dijiste?

—No lo sé, supongo que porque yo ya sabía lo de Andy.

Mire a verlo, no parecía molesto. No como yo imaginé.

—Adela, mi padre quiere que haga el último curso de la preparatoria en Berlín y luego la universidad para poder trabajar en sus empresas, además que necesita a toda la familia en Berlín para apoyarlo en su carrera de político.

—¿Y por qué estás hoy aquí?

—Tenía que decírtelo en persona. Y yo no quiero terminar está relación, pero no sé qué pensar, no sé si lograremos que esto funcione o si quieres continuar la relación. 

—¿Y porque piensas que no?

—Andy ya te ofreció consuelo y al parecer tu quieres ser consolada por él.

—Eres un imbécil Tom.

Permanecimos en silenció.

—Quiero pensarlo, y no es por Andy—me apresuro a aclarar—Es solo que no puedo creer que no me dijeras nada de la mudanza hasta ahora.

—¿Y cuánto tiempo necesitas para pensarlo?

—No lo sé.

—Solo estaré hasta la noche, y después regresaré a Berlín.

Me puse de pie.

—Adela—Tom también se puso de pie, pero yo empecé a caminar—Espera…

—Tom yo también tengo algo importante que decirte, pero no sé por dónde empezar.

—¿Qué es?

Lo miré una vez más a los ojos y entonces supe que era el momento.

En mi mente mi voz se hizo eco con las palabras.

—Yo soy Daniel.

Pero mi boca no pudo emitir ningún sonido, y él seguía mirándome esperando que le contará .

—No, no es importante, bueno si lo es pero…

—Adela solo dímelo.

—No vale la pena.

Caminé hasta mi casa y él caminó a mi lado sin decir nada .

—Lo que tenías que decirme, ¿Está relacionado con Andy?—negué con la cabeza—¿También lo quieres? 

—No puedo responderte, me siento confundida.

—Adela, yo no quiero terminar.

—Nunca he hablado de terminar.—me detuve ante la puerta de mi casa—Si yo te quisiera un tiempo, ¿Lo aceptarías?

Me miró temeroso un par de segundos y asintió suavemente con la cabeza.

—¿Es eso lo que quieres?

—No sé.

Me abrazó y acarició mi cabello.

—Yo también te amo, incluso aunque tengas sentimientos hacia Andy se que lo que sientes por mi es más fuerte.

Se separó de mí.

—Pero yo—desvío la mirada y luego volvió a mirarme.—Adela. Yo si necesito un tiempo.

Aquello me tomó por sorpresa, me quedé sin habla por un par de minutos que a él se le hicieron eternos.

—Y también quiero seguir en contacto contigo, por qué de verdad te quiero pero no sé cómo llevaremos esto de la distancia.

Mi silenció continuó por varios minutos más.

—¿Estás bien?

—No, yo necesito estar sola.

—No, espera…—Negué con la cabeza son poder verlo me gire en dirección a la puerta de mi casa, con Tom siguiendome.—Si no estás de acuerdo, podemos hablarlo.

—Necesito estar sola.

Mire a verlo antes de entrar a mi casa y cerrar de un portazo.

Camine muy rápido rumbo a mi habitación, antes de que la tía Simone y Bill me vieran entrar y me encerré a llorar.



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